lunes, 20 de diciembre de 2010

Halloween vs Día de la Canción criolla 01/11/2010

Magaly Vera

El día 31 de octubre se celebra el día de la canción criolla peruana, pero también se celebra Halloween, denominado también el día de las brujas. Es cierto que esta última festividad no es oriunda del Perú ya que su historia nos dice que viene importado de los Estados Unidos, de una festividad celda del Samhain y de la festividad cristiana de todos los santos. Pese a eso, es una festividad que ha trascendido fronteras, al parecer sus fuerzas malignas han logrando expandirlo  a Europa ayudado eficazmente por sus secuaces de marketing: las empresas de golosinas, disfraces y afines.
Pero ¿cómo una festividad que al parecer festeja la muerte, el horror, el espanto ha logrado tener más adeptos que la festividad cristiana del Día de todos los santos, propuesta por el Papa Gregoririo II y Gregorio IV? Según Wikipedia, ese día convergen ambas festividades: “la unión o extrema cercanía del mundo de los vivos y el reino de los muertos”. He allí quizás una buena explicación. En Perú por ejemplo se celebra ese mismo día: el día de todos los muertos. Esta festividad remonta de épocas inmemorables. Es por eso que es usual ver los cementerios aglutinados de personas, con flores, con globos o incluso con orquestas y la infaltable cerveza, festejando o recordando a sus difuntos, todo depende de la economía del que festeja. En la Sierra incluso llegan a preparar además de eso, 7 comidas, los que más le gustaron al que en vida fue. Los cuales son servidos en una gran manta para que en la noche del 31, los degusten los visitantes del más allá.
Si a esto, le sumamos otro gran secuaz: la cantidad de películas que fomentan ese día la muerte con una programación solo dedicada a las brujas, a asesinatos en serie, a duendes, a fantasmas demonios y todo lo que represente lo tenebroso ¿Cómo no dejar de lado el Día de la Canción criolla?
Por todo lo detallado, Halloween, no debería ser una fiesta típica del Perú. Pero ¿quién puede con el regocijo de los niños que pululan por las calles disfrazados de hermosas criaturitas como un pollito, un brujito, una calabaza, etc? ¿quién puede evitar que recolecten caramelos y se junten con la manchita a recorrer lugares lejanos? Con mucha pena vi incluso que los Bancos se suman a incentivar esta celebración con decoraciones ridículas pero obvio, sus tasas de interés ya son de horror, no necesitaban más, pero en fin. Frente a todo eso quedan dos caminos:
Voltearles la torta, es difícil que los chicos dejen de disfrazarse y juntarse con el grupito, pero podemos darle otras alternativas: porque no disfrazarse de otros motivos que no sean la muerte. Deben incentivar a la creatividad así como hizo inka kola hace un tiempo.
La otra opción, la más radical, es la que usan los cristianos evangélicos al celebrar ese mismo día “La celebración a Jesús” donde citan a cientos de niños con sus familias, a una gran fiesta infantil, con juegos, charadas, es decir no dejar de celebrar. Como dice el refrán “Si no se puede con el enemigo, pues únete a él”.
Un gran ejemplo de lo que planteo es el XIV Concurso Nacional de Tánta wawas realizado en la  Plaza Mayor de Santiago de Surco, organizado por el Museo Nacional de la Cultura Peruana y la Municipalidad de dicho distrito. En el que invitaron a diferentes personas e instituciones a participar en la elaboración y conservación del tradicional pan de trigo y maíz, pan que se reparte cuando se celebra el día de los difuntos.
El 31 de octubre, no debe dejar de celebrarse pero debe ser usado como una fecha que nos recuerde nuestras raíces y que nos permita fortalecer nuestra identidad. A ese trabajo se deben de aunar los padres de familia, las instituciones educativas, las empresas tanto nacionales como privadas, no menciono el Estado Peruano ya que su trabajo debe de ser otro aunque su apoyo no estaría de más, solo así el 31 dejara de aludir a Halloween.

1 comentario:

  1. Me parece objetiva tu apreciación. Es verdad: no podemos pretender, como por arte de magia, desaparecer del imaginario colectivo la celebración del 31 de octubre. Proponer festividades alternativas alusivas a nuestraS culturaS es un recurso adicional (y realista) de "combatir" el Halloween. Gracias por compartir tu blog.

    Saludos,
    Javier

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