Magaly Vera
Un juramento es una promesa, una declaración de lo que uno va a hacer, poniendo como Testigo a Dios o a alguien; pero en las curiosas juramentaciones de nuestros electos alcaldes, pusieron como testigos, a la plata. El subconsciente los traiciono.
Demos un breve repaso por las curiosas juramentaciones:
En Junín, siguiendo la tradición Wanka lo asumieron siendo azotados a latigazos. Quizás se estaban adelantando a su futuro castigo en el cargo. No lo sabemos, solo el tiempo lo dirá.
En Cusco, fue el mismísimo Pachacutec ataviado con su majestuoso traje quien juramento al entrante alcalde y al nuevo presidente del Gobierno Regional.
En Pataz (La Libertad) fue la policía quien tuvo que evitar la furia de los Ronderos, quienes no querían que el nuevo alcalde ingrese al Municipio a juramentar.
En Quequeña (Arequipa), el nuevo alcalde tuvo que estar acompañado de 80 policías, sino, no contaba su juramentación jamás.
En Yarinacocha (Pucallpa), el regidor de Lolo Ruiz García juramento por Dios y por la plata, ya en el pasado el congresista de Perú Posible Gerardo Saavedra Mezones, hizo lo propio.
En San Juan de Lurigancho, el reelecto alcalde Carlos Burgos quizás pensó que por mucho madrugar Dios lo ayudará en su gestión, y por eso juramento a las 7:00 a.m. o quizás porque los pobladores de A.P.V. Garagay lo amenazaron con protestar en su juramentación si no paralizaba las obras que se realizan tras el Mercado Canto Rey, no lo sabemos. Es que ahora tiene que encomendarse a todos los santos ya que solamente gano con el 27 % de un total de 577, 178 ciudadanos. Eso significa que un 73% de esa masa, no confió en él. Era obvio que tenía que encomendarse a todos los santos y tempranito, antes que ese mar de gente despierte.
En el Rímac, Enrique Peramás juramento ante Susana y al parecer ante una buena convocatoria de varios políticos, lo cual da un buen augurio de su gestión. Lo mismo que el alcalde de Comas Nicolas Kusunoki. Y es que al no haber ganado Fuerza social, el partido de Susana, ninguna alcaldía, no le queda más que llevarse bien con todos los alcaldes de los 43 distritos, así que esa, es una excelente estrategia.
En Lima, Susana Villarán juramento sin contratiempos solo que Castañeda quiso castigarla con la indiferencia, pero quien si estuvo fue Alan García, quien nuevamente tuvo que bajar la mirada ante una gran Susana, esta vez fue cuando la saludo. Es que la diferencia de estatura fue obvia. Lo que si sorprendió, fue su balconazo.
Esperemos que nuestros votos hayan valido la pena, para poder contarle a nuestros hijos la importancia de una buena elección.
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