A Luz Barra y José Reyes Morí, por su infatigable labor en favor de los mujeres de San Juan de Lurigancho.
Magaly Vera
El mayor índice de violencia femenina en nuestro país, se concentra en San Juan de Lurigancho, es por ello que la red Interinstitucional por la no violencia hacia la mujer y la infancia de San Juan de Lurigancho (un colectivo que agrupa instituciones de la sociedad civil, iglesia y estado), han estado trabajando en estrategias para reducir esos alarmantes porcentajes. Esta vez, centraron sus esfuerzos en el abuso sexual que se produce diariamente en los medios de transporte. Incidencia que no ha sido trabajado por el estado por ser considerado de menor riesgo.
Estas arduas jornadas de trabajo se iniciaron en el 2008, en donde participaron:
· Docentes y estudiantes de las instituciones Educativas priorizadas del ámbito de la UGEL 05.
· Conductores y cobradores de las empresas de transporte público de San Juan de Lurigancho.
· Medios de comunicación local, entre las que destaca la participación de Radio Planicie.
· Agentes comunitarios que trabajan en la prevención de la violencia familiar como el Centro Mujer Teresa de Jesús, MIMDES (Centro emergencia mujer), Gerencia de Desarrollo Social de la Municipalidad distrital de San Juan de Lurigancho, Gerencia de Transporte Urbano de la Municipalidad Metropolitana de Lima, entre otros.
La primera etapa del trabajo, fue la identificación de antecedentes, pero no existía casuística alguna. A ello se sumaba que San Juan de Lurigancho, contaba con la una población de 86,176 habitantes, es decir para el 2007, era el distrito más poblado del Perú y de América Latina. Eso significaba también que contase con el mayor parque automotor. Ambos factores creaban el escenario perfecto para los llamados “rozamientos” o manoseos, práctica común de los delincuentes en niñas y adolescentes, que por ser considerado delito menor, no era abordado con sanciones drásticas y nada se hacía al respecto.
La segunda etapa consistió en elaborar el plan local de lucha contra la no violencia hacia las mujeres y niños, que fue puesta en práctica con sistemas de marketing poco convencionales como el pegado de sticker en cada unidad de transporte, pese a encontrarse con reticencias de algunos choferes y en otros, con explicaciones al estilo de los vendedores ambulantes.
El resultado fue más que elocuente, más del 70 % de los participantes respondieron con réplicas de lo aprendido, y los sticker pueden evidenciarse en cada unidad al que subimos. Pero lo más importante, es que crearon conciencia en no dejar de lado este tipo de prácticas para de no ser cómplices por omisión (indiferencia) frente a este tipo de abuso sexual.
A este evento asistieron representantes de la Municipalidad Metropolitana de Lima, MIMDES, Comisaria de Mujeres de Canto Rey y de la UGEL 05.
UGEL 05: Lic. Roque del Villar, MML, MIMDES: Lic. Elena Yauriman Coris y Representante de la Comisaría de Mujeres de Canto Rey (Moises del Aguila Saavedra).
Un agradecimiento al Centro Mujer Teresa de Jesús por facilitarme las fotografías.
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