A través de los ojos de Magaly Vera: Julio Abanto, el arqueólogo de San Juan de Lurigancho (27/12/2011)

Magaly Vera

El primer recuerdo que tengo de Julio Abanto, es cuando puse una adivinanza en la Radio. Quería promocionar la Ferretería en la que trabajaba y puse la pregunta “¿Qué significa San Juan de Lurigancho?”. El premio: un tanque Rotoplas de 1000 lt. Gracias a la gentileza de Dalka S.A.C. Las respuestas no se hicieron esperar. Pero lo gracioso, era que yo no sabía lo que significaba. Así que busque al arqueólogo del distrito para que me dé la respuesta. Imagínense ¿cómo dar con el ganador sin esos datos? Por aquel entonces no era tan gordito como ahora.

Conseguí su teléfono luego de varios días y logré sacarle una cita. Fue difícil llegar a su casa. Pensé encontrar un lugar sereno, pero me encontré con una discoteca colorida por la Av. Las Flores. Incluso el acceso era terrible: tenía que atravesar una escalera angosta y oscura, luego parte de la disco y de ahí, recién a su oficina ubicada en el segundo piso. La pinta era lo de menos, ya que ese fue nuestro lugar de trabajo por muchos años. Lo primero que me llamó la atención al ingresar ahí, fue la gran cantidad de libros esotéricos y de extraterrestres que tenía en su biblioteca, mezclados obviamente con los de historia y arqueología. Me presente y al instante nos hicimos amigos. Fue él quien ya luego me presentó a los amigos con los que participaba en los movimientos juveniles.

Desde ahí, no hemos dejado de trabajar juntos por la cultura. Yo, pese a ser de literatura, nunca había participado en mi distrito ni en ningún sitio, era extremadamente tímida. Fue él quien nos unió a muchos jóvenes con el tema de identidad y de historia. Para aquel entonces, ya tenía un trabajo iniciado en esos temas con otros arqueólogos, como Daniel Cabrel, historiadores como Ricardo Ramírez, lingüistas como Gerardo García y docentes como Angello Valderrama. A este último se le ocurrió la idea de enseñar lo que habían encontrado en sus investigaciones, a todos los docentes de San Juan de Lurigancho. Ahí se iniciaron los cursos de historia local en la UGEL 05. La meta era que se incluya lo nuestro dentro de la currícula oficial del distrito y no era una locura, era un sueño compartido que aun perseguimos. En el trayecto se unieron Arturo Vásquez, José Félix Huaringa, la Asociación Kapaq Sumaq Ayllu, Luis Candela; y últimamente Yalina Espinoza y Luis Enrique Amaya, entre otros tantos que vivimos o trabajamos en San Juan de Lurigancho.

Sin ti gordito, grupos tan disimiles, no nos hubiéramos conocido.

Pero Julio, no solo apoya en la historia, también en las otras manifestaciones de arte como la literatura. Así que su nombramiento como Administrador del Parque Zonal Huiracocha, es un merecido reconocimiento al largo trabajo que realiza en nuestro distrito. Y no sólo es arqueólogo, es el que está gerenciando un parque olvidado y convirtiéndolo en parte viva de San Juan de Lurigancho. Su trabajo se evidencia en las ingeniosas propuestas de cultura en un parque, como el disfrutar de un paseo en bote, o bajo la sombra de un árbol, acompañado de poesía. Y en el Parque, hay de todo, desde cuentacuentos, hasta danzas, taichí, skatepark, etc. Sino, solo revisemos su agenda semanal en el facebook. Por eso considero injusto los reclamos que hacen algunos por su nombramiento, ya que San Juan de Lurigancho es quien gana más. Además, ha sentado un precedente, ya que el modelo diseñado por él y su equipo, se está implantando en los otros parques Zonales.

Felizmente sólo hemos tenido un lapso de separación de 4 años, por motivos que no vale la pena recordar y que felizmente ya superamos. Creo que fue San Juan de Lurigancho, quien más perdió con nuestra separación y la desintegración del Instituto Cultural Ruricancho, pero ahí estamos, de vuelta en el ruedo. Además, nunca es tarde para volver a empezar.

Feliz cumpleaños Julito.

Te quiere mucho

Magaly Vera