Magaly Vera
Estamos a puertas de elegir a un presidente, pero ¿ya todos han elegido a su candidato? Asumo que algunos ya tienen definido su voto. Unos por tradición de la derecha y otros por la izquierda. Otros aun están consultando o a internet o al amigo, o al esposo ya que así somos los peruanos, a última hora recién nos preocupamos incluso en donde votar. Es más algunos recién definirán su voto en el cuartito de votación y es porque todos dicen que solo cambiamos de ladrón de turno, sin importar el partido que asuma el reto.
Pero yo me pregunto ¿realmente existe la izquierda o derecha? Como definir cuál es derecha e izquierda. Si uno traza una línea recta horizontal y coloca un punto en el medio ¿Lo que está a su derecha, realmente es derecha y lo contrario, la izquierda?. Matemáticamente hablando quizás sí ya que ahora con la relatividad ni siquiera hay línea recta (solo en la geometría plana); pero cuando se trata de ciencias sociales, todo es incierto.
¿Realmente la izquierda representa a los más pobres y la derecha a los empresarios y encima transnacionales? ¿Tanto así de polarizado están los partidos?
Si dibujamos la pirámide social, pues veremos que la base (Segmento C y D), obviamente más ancha que el ápice (Segmento A y B) supuestamente representa al pueblo que siempre se queja ya que son dominados por unos cuantos. Y si traducimos eso en la línea recta ya trazada, en ese caso ¿todo el pueblo está ubicado a la izquierda por eso supuestamente el discurso de la derecha no les chorrea a ellos?
¿Qué nos dice el discurso de un candidato? Veamos, si su discurso solo habla de planes de gobierno nacionalista, es decir para el ciudadano común y corriente, esto significa mejorar la calidad de salud, seguridad, educación y demás, en ese caso ¿dónde quedan ubicados la gran clase media? ¿los estudiantes universitarios que están ubicados al medio? El discurso ¿los incluye a ellos?. Pues si un discurso solo habla de programas sociales como Juntos, Pronamachs etc etc etc vemos que lamentablemente se convierte en clientelismo y cae en lo que reprochan después. Los peruanos ya hemos pasado esa etapa estatista, esa que Alan García tanto dice desconocer. Simplemente recordemos su primer gobierno. ¿Quiénes gozaron del dólar MUC y demás beneficios sociales que era para la población en general?
La población al verse excluida en ese discurso, lo que hace es inmediatamente buscar al candidato que los incluya, es por eso que vemos cuan volátil es nuestro voto. Es por eso que Ollanta cambio su discurso incluyendo en él a la gran masa del centro. Su ascenso vertiginoso fue por eso, por el cambio de su estrategia en marketing. No en vano, es el candidato que más invirtió en publicidad. Yaneth Cajahuanca, no entendió esa estrategia y lo denuncio por “blanquear” su retórica.
Ahora no considero a Ollanta un cuco, solo que en lugar de estar desdiciéndose, la mejor opción que considero, es mejorar su plan de gobierno, aunque si no lo hace, asumo que es por algo. Aunque valgan verdades, un plan de gobierno, es la forma con que nos enamoran para ganar votos, nada más. Llegando al poder, hemos visto como cada presidente lo ha cambiado a su antojo, perdón, al antojo de las “circunstancias”. Así tuvimos a un Fujimori que dijo que no iba a aplicar el shock que Vargas Llosa anunció y que al final, hizo todo lo contrario a lo que prometió. Alan García también, hablo de un partido nacionalista en su primer gobierno con planes similares a los que ahora Ollanta pretende aplicar, pero que al final terminó en una gran corrupción y con una inflación galopante, así que ahora pretenda apoyar a la “derecha”, causa gracia.
A PPK lo insultan por supuestamente representar a la derecha, a los pitucos, a las empresas transnacionales. Su pecado: ser millonario. Ahora ¿realmente existe esa dicotomía en la que solamente los buenos son pobres y los malos son ricos? Se me vino a la memoria que a la hora de ser candidatos, todos quieren ser pobres. Mercedes Araoz se rasgaba las vestiduras y decía que era de Barrio, Toledo un humilde lustrabotas y así, ahora hasta PPK vivió en la Selva entre leprosos. También le achacan el que tenga pasaporte americano, y están alentando el temor de repetir lo que hizo Fujimori. Pero eso de que los malos son malos por ser ricos, solamente están estereotipados en las películas mexicanas del siglo de oro mexicano. Hoy en día esos estereotipos solo sirven para polarizar, nada más. Dudo que no exista una persona que ha logrado éxito económico y que no sea bueno. En la vida real hay de todo como en botica y en todos los estratos sociales. La corrupción no es racista. Y quien pues no desea lograr lo que PPK logró, ser millonario. Sus detractores le dicen que a su edad, ya debería estar viajando y gozando de sus rentas, también le han dicho que sufre de Alzheimer. Pero su reacción de atacarlo es tarde. No lo vieron como enemigo porque era pitufo, además el discurso que maneja es similar al de los llamados de derecha. Aun sí considero que no deja de ser una buena opción por esos logros personales como economista de trayectoria. Yo pregunto ¿acaso es pecado lograr una buena economía para dar a su familia una buena educación, una buena casa y demás? ¿Acaso no es ese el sueño de todos? ¿Cuál es el pecado si otro lo logra antes que uno? Dejo la pregunta suelta.
Keiko es un caso que extraño, la apoyan pero es más al recuerdo que dejo su padre: el derrotar el terrorismo y sacarnos del hoyo en el que nos metió Alan García con su propuesta estatista y de cerrarnos al mercado externo. Hasta el momento su lista congresal ha sufrido grandes bajas y eso gracias a los destapes de la prensa. Está yendo con gente que ya gobernó: las geishas, parientes, enfermeras, y hasta uno que tuvo el descaro de decir que no tiene vergüenza de gozar de la inmunidad parlamentaria por tener juicios pendientes. Y fue ese congreso el que apoyo el golpe de estado y demás medidas arbitrarias. Así que en verdad espero que no pase a la segunda vuelta.
Y como muchos no se sienten representados por los partidos tradicionales, pues ese vacío lo llenaron para gusto del votante: 11 candidatos. La ONPE creó reglas para lograr que solo existan pocos partidos y puso una valla alta, justamente para evitar lo que ha ocurrido, pero curiosamente el ingenio peruano dice: “hecha la ley, hecha la trampa”. Así que rápidamente sacaron partido a los vacios legales y estamos viendo los resultados, un electorado fragmentado. Y ¿por qué surgen tantos partidos? Porque no todos se ven representados justamente porque algunos solamente se sienten en la izquierda, otros en los puntos contiguos y los que tuvieron su oportunidad de gobernar, llegando al poder los excluyeron. Es por eso que el cholo sagrado teme no pasar a la segunda vuelta y apela a los intelectuales como Fernando de Szyszlo, Javier Pérez de Cuellar, Vargas Llosa entre otros. ¿Hará efecto su estrategia de último minuto? No lo sabemos.
Ollanta no se queda atrás, tiene en su lista congresal a una buena agrupación: Jaime Delgado, Rosa Mavila, Alberto Adrianzen, Nicolás Lynch entre otros, así que su lista lo respalda más que sus entrevistas y más que sus ex padrinos como Chavez. Ahora no es su padrino ni de agua de socorro y encima se da el lujo de decirle que no se meta. ¿Le podremos creer ese cambio repentino?
Con esos datos ¿por quién votar? Lamentablemente no hay fórmula mágica ni de derecha ni de izquierda que haga de Perú el país que debería de ser con tantas riquezas naturales que tiene, así que lo dejo a la libertad de cada uno de mis lectores. Lo único que puedo decirles es que este domingo, que su voto, sea un voto consiente y Dios quiera que no nos equivoquemos como tantas veces.
Pues yo estoy optando por un economista que sabe decodificar bien los indicadores, por PPK; pero dado que es en el congreso donde se realizan las leyes, pues elijó a Fuerza social, una izquierda moderada y mis candidatos son el 1 y el 20 (Augusto Rey, un joven de 27 años con ideas bien centradas), pero también puede ser el 7 (Rocio Peñafiel, una abogada de gran experiencia). Por el parlamento andino pues el 6 (Theodore Dale) y el 14 (Oscar Badillo).
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